Brian era más rápido que la mayoría de los hombres de su tamaño. Dio un paso atrás para esquivar mi golpe, luego giró su cuerpo en lo que estaba aprendiendo iba a ser una patada. La cosa era que no sabía a dónde se dirigiría esa patada, y generalmente no se contenía con sus patadas de la forma que lo hacía con sus puñetazos. Sabiendo esto, siguiendo sus instrucciones de ser impredecible, me lancé hacia adelante y lo tacleé torpemente.
Su muslo me dio en el costado mientras movía su pierna, lo cual dolió, pero no tanto como habría dolido la patada. Aun así, logré derribarlo al suelo. Cualquier sensación de victoria que podría haber sentido fue efímera, porque caí con él, y él estaba más preparado para lo que venía después. Cuando golpeamos el suelo, él usó sus manos y su muslo aún levantado para llevarme a su derecha. Antes de poder orientarme, él se dio vuelta en mi dirección y se sentó a sobre mí.
Lancé un puñetazo a su costado, pero él me agarró la muñeca y giró mi brazo hasta que mi codo apuntó a mi ombligo. Agarré su camisa con la otra mano, con la esperanza de quitármelo de encima (ni de cerca), y también agarró esa muñeca. Ajustó su agarre en mi brazo derecho retorcido y sujetó mis brazos contra el suelo, extendidos sobre mi cabeza.
“Es un comienzo”, me sonrió.
Al darme cuenta de la posición en la que él me tenía, sintiendo la presión de sus muslos contra mis caderas, su peso descansando parcialmente en la parte inferior mi cuerpo, debo haber perdido algunas neuronas. Mi proceso de pensamiento se detuvo por completo. No ayudó que lo primero que mi mente interpretó con ‘comienzo’ era que esta posición nos llevara a algo más.
“Si seguimos así, podrías ser una buena luchadora”, elaboró. “Cuando estábamos en el suelo, aquí, y te empujé hacia un lado, deberías haber seguido el impulso. Obtener un poco de distancia. Si lo hacías rápido, podrías incluso haber estado de pie antes que yo, lo que sería una buena posición para atacar.”
“Mmm”, fue la respuesta más coherente que pude lograr.
“¿Vas a dejarla levantarse o estás disfrutando demasiado de esto?”, Lisa le preguntó, desde donde estaba sentada en el sofá. Ella tenía los brazos cruzados, su barbilla sobre un cojín. Tenía las manos cruzadas frente a su boca, escondiendo lo que sospeché que era una sonrisa divertida.
Brian sonrió mientras se ponía de pie, “Lo siento, Taylor. ¿Quieres intentar una ronda, Lise?”
“No estoy vestida para eso, es muy temprano en el día, y no le negaría a Taylor su diversión”, dijo, sin levantar la cabeza. Cuando le di una mirada irritada, ella me guiñó un ojo.
Brian y yo nos pusimos de pie y nos miramos, entonces ambos titubeamos, quedándome justo fuera de su alcance.
“Me sorprende que ustedes dos estén en buen estado para esto”, comentó Lisa, “¿No les duelen las piernas de estar a los brincos anoche? Tú especialmente, Taylor. Fuiste a correr esta mañana, ¿y ahora estás entrenando?”
“Si mis rodillas pudieran hablar, estarían gritando de agonía”, le respondí. Levanté mi mano mientras Brian se movía para atacar mientras yo estaba distraída, y él retrocedió de nuevo. “Pero mantenerme activa hace que mi mente no se preocupe.”
“¿Todo está bien?”, Me preguntó Brian. Me encogí de hombros, miré a Lisa.
“Taylor se fue a casa”, explicó Lisa, “Tuvo una discusión con su padre, regresó aquí. Podría quedarse un tiempo, ¿sí?”
“Sí”, le hice eco.
“Lo siento”, simpatizó Brian.
“Yo también”, dije. Me acerqué más, tratando de provocarlo para que se moviera, pero él no cayo con eso. “Amo a mi papá. Realmente nunca tuve esa fase que otros tuvieron, donde me sentiría avergonzada de estar cerca de él, donde no nos entendíamos. Pensé que éramos más cercanos que eso, hasta anoche.”
“¿Las cosas van a estar bien?”
“Realmente no lo sé”, respondí. Cambiando de tema, admití, “Está bien, estoy atascada. Estoy parada aquí, frente a ti, y no sé qué puedo hacer para que no terminar golpeada o arrojada al suelo. Si avanzo, hay un millón de cosas que podrías hacer para patear mi trasero. ¿Qué harías, en mis zapatos?”
“¿Honestamente? Hmm,” se relajó un poco, “Buena pregunta. Supongo que iría por la cosa más cercana que pueda usar como arma.”
“Aparte de eso. No hay nada que pueda agarrar que sirva para pelear sin lastimarte de verdad.”
“Creo que haría lo que estás haciendo, espera a que el otro tipo haga un movimiento.”
“Bueno. Entonces muévete.”
Él lo hizo. Dio un paso más cerca, fingió dar una patada, luego se agachó para intentar patearme los pies. Podía manejar eso al menos – Salté un poco para evitar su pie mientras se movía debajo de mí. Aun así, él estaba un paso por delante de mí, poniéndose en pie con la pierna extendida y usando su hombro para poner mi culo en el suelo. Tomé su consejo de antes, usando el impulso, rodando hacia atrás para crear cierta distancia, pero él tenía la ventaja de tener ambos pies en el suelo. Dio media vuelta y me siguió, movió su rodilla hacia adelante y se detuvo a unos centímetros de mi cara.
“Estás aprendiendo”, dijo.
“Muy lentamente.”
“Estás aprendiendo”, subrayó, “escuchas lo que digo, lo tienes en cuenta y casi nunca tengo que recordarte algo dos veces.”
Él me ofreció su mano, y cuando estiré la mano para tomarla, él se agarró a mi brazo. Agarré el suyo, y él me ayudó a levantarme.
“Vengo con café y desayuno”, dijo Alec, “que cierto líder del equipo fue demasiado perezoso para traer.”
“Oh, vete a la mierda, Alec”, respondió Brian, sin ningún veneno en su voz. Soltó mi brazo para tomar un café. “Te traigo algo nueve días de cada diez, de camino a aquí.”
“Ese es tu impuesto por la inconveniencia de que vivas fuera del departamento”, respondió Alec, avanzando hacia el sofá y dándonos a Lisa y a mí nuestros cafés. Lisa tomó la bolsa de papel y sacó unos muffins, entregándome uno. Me senté en el sofá junto a ella.
“Entonces”, se dirigió Brian al grupo, mientras todos caminábamos hacia los sofás. “Creo que es importante sacar algunas cosas del camino, ahora que sabemos para quién estamos trabajando, por qué y nuestras posibilidades para el futuro.”
Perra se instaló en el otro sofá con sus perros brincando a su alrededor mientras levantaba los pies a su lado. Eso dejó a Brian sentado en el espacio vacío entre Alec y yo. Me sentí dolorosamente consciente de dónde su pantorrilla y su brazo tocaban mi pierna y mi hombro. Había estado corriendo y luchando, probablemente estaba sudorosa. ¿Tenía olor? ¿Le daría asco eso? No pude evitar sentirme cohibida, pero me habría llamado más la atención si hacia algo al respecto. Traté de enfocarme en la discusión en su lugar.
“En primer lugar, no creo que debamos votar por mayoría sobre esto que propuso Coil. En lo que a mí respecta, esto es demasiado importante, cambia demasiado las cosas, para que sigamos adelante si alguien va a estar descontento o molesto. Llegamos a un consenso o no lo hacemos.”
No fui la única en asentir en silencioso acuerdo.
“Segundo, Alec, tengo que preguntar sobre lo que dijo Coil. Identidad pasada, tu padre. ¿Es esto algo que va a regresar y arruinarnos el día?”
Alec suspiró y se apoyó contra el brazo del sofá con un giro de sus ojos, “¿No hay posibilidad de que podamos ignorar eso?”
“No lo sé, ¿podemos?”
“Mi padre dirige su propio grupo en Montreal. Trabajé para él al principio.”
“¿Quién es él?” Presionó Brian.
“Nikos Vasil. Heartbreaker.”
Mis cejas se elevaron por eso.
Lisa silbó, “Después de que Coil soltara ese detalle, hice una lista mental de posibilidades. Lo tenía reducido a cuatro. Heartbreaker era uno, las piezas encajaban, pero era tan difícil de creer.”
“Él es grande”, dijo Brian.
“No”, Alec negó con la cabeza, “Da miedo. Él es de interés periodístico. Pero él no es gran cosa.”
Heartbreaker era lo que conseguías cuando alguien tenía un poder como el de Gallant, la capacidad de manipular emociones, y absolutamente ninguna compunción sobre usarlo egoístamente. A diferencia de Gallant, Heartbreaker no necesitaba dispararte con ninguna explosión de energía para afectarte. Solo necesitaba estar cerca de ti, y los efectos eran a largo plazo o permanentes.
A pesar de los intentos de Alec de minimizar quién y qué era su padre, era difícil ignorar el hecho de que había crecido escuchando lo que este tipo había hecho en las noticias de la noche, que había encontrado menciones de él en línea desde que comencé a navegar la web buscando cosas sobre capas cuando era niña. Heartbreaker encontró mujeres hermosas, las hizo amarlo, realmente amarlo, y formó un grupo similar a un culto con ellas sirviéndole todo lo que quería en bandeja, cometiendo crímenes para ganar su favor. Lo adoraban hasta el punto que estaban dispuestas a morir por él. Por conclusión natural, sus métodos significaban que tenía muchos hijos. Alec incluido.
“Maldición”, murmuré. Le pregunté a Alec, “¿Creciste con ese tipo?”
Él se encogió de hombros, “Era normal para mí.”
“Quiero decir, ¿cómo fue? Ni siquiera puedo hacerme una idea. ¿Las mujeres fueron amables contigo? ¿Qué- Cómo es que funciona eso?”
“Las víctimas de mi padre solo tenían ojos para él”, dijo Alec, “así que no, no fueron amables ni conmigo ni con mis hermanos y hermanas.”
“Detalles” , Lisa dijo, “Vamos. Habla.”
“No soy una persona comunicativa.”
“Habla o te pateo el culo”, amenazó.
“Lo mismo digo”, agregué.
Frunció el ceño brevemente, luego cruzó un pie sobre el otro sobre la mesa de café, sentándose más profundo en el sofá con su café descansando sobre la hebilla de su cinturón. “Teníamos todo lo que podíamos pedir, en lo que respecta al dinero y otras cosas. Las víctimas de papá se ocupaban de las tareas del hogar, por lo que lo único que los niños tenían que hacer era cuidar de los bebés algunas veces. No tuve que ir a la escuela, pero algunos de mis hermanos y hermanas lo hicieron solo para no estorbar a mi padre.”
“¿Por qué?” Pregunté, “¿O es una pregunta tonta?”
“Eh. Es difícil de explicar. Él nos cultivó, como un proyecto eugenésico, se desviaba kilómetros de su camino para recuperarnos si un miembro de su ‘familia’ le era arrebatado. Montaba una maldita cruzada si era necesario. Pero cuando estábamos cerca, casi no nos prestaba atención a los niños. Cuando prestaba atención, era para disciplinarnos o ponernos a prueba. La disciplina por lo general significaba obtener una dosis de terror paralizante por no escucharlo, insultarlo o incluso mirarlo a los ojos, a veces. Las pruebas sucedieron en nuestros cumpleaños o si había tenido un mal día… intentaba generar un evento detonante. No se supone que sea tan difícil, dado que éramos capas de segunda generación, obviamente, pero él comenzó cuando teníamos unos ocho años.”
“¿Cuántos años tenías? ¿Cuándo se presentaron tus poderes?” Pregunté, con voz baja, sintiendo una intensa compasión no solo por las víctimas de Heartbreaker, sino también por los niños en esa situación.
Fueran cuales fueran mis sentimientos, Alec logró parecer aburrido con el tema. “Difícil de decir. Como no fui a la escuela, y nadie realmente tenía registros, perdí la cuenta de los años. Diez u once, tal vez. Yo era su cuarto hijo en mostrar poderes, y había dieciocho o más de nosotros cuando me fui. La mayoría de ellos eran bebés, sin embargo.”
Lo que lo hacía a él, no a Grue, el que tenía más experiencia y antigüedad.
Alec se encogió de hombros, “Así que sí. Trabajé para él durante tres o cuatro años. Hicimos trabajos, aprendí el oficio familiar. Me llamé Hijack[1] al principio. Él comenzó a presionarme. Creo que tal vez estaba teniendo problemas para afectarme de la misma manera que antes de que mis poderes se activaran, por lo que compensó eso dándome ordenes todo el tiempo. Presionó mis límites, me hizo hacer cosas que eran peligrosas, cosas que fueron difíciles para mi conciencia. Quería que me rompiera, que le suplicará que se detuviera, para tener el poder de hacer que yo hiciera lo que él quería.”
“¿Y?”
“Y él me ordenó matar a este pandillero común de un grupo que intentaba sacarnos de su territorio. Cuando terminé, él me dijo que lo había hecho mal, que tenía que volver a hacerlo con un cautivo que habíamos tomado, y sabía que no importaba lo que hiciera, él me haría seguir haciéndolo. Solo otra forma de presionar mis límites. Me había convencido a mí mismo de que no me importaban las personas a las que estaba lastimando o este tipo al que acababa de matar, y tal vez no. Quizás todavía no. No sé. Pero tenía tan poco sentido.”
Se encogió de hombros, “No vi una verdadera razón para quedarme. Me fui. Cambié mi nombre, conseguí una nueva identificación y también cambié mi nombre de villano.”
Había matado a alguien por orden de su padre, lo que lo convertía en el segundo asesino del grupo. Armsmaster debe haber desenterrado ese detalle y haber sacado las conclusiones correctas después de conectar a Alec con su alter ego anterior.
“¿Cuándo sucedió esto? ¿Este asesinato?” Pregunté en con voz baja, “¿Qué edad tenías cuando mataste a ese tipo?”
“Hmm. Me había ausentado unos dos años antes de que el jefe se pusiera en contacto conmigo, que fue más o menos en esta época el año pasado, así que tres años. Tendría doce o trece años.
¿Era eso perdonable? Le habían obligado a hacerlo, había estado en circunstancias jodidas sin una verdadera brújula moral para seguir, siendo un niño. Por la forma en que lo describía, sin embargo, no me sentó bien. Asesinato a sangre fría.
“Dijiste que perseguía a sus hijos si se iban”, dijo Brian, “¿Eso sucederá aquí? ¿Si se da cuenta de que eres uno de los suyos?”
“No sé. Tal vez. Apuesto a que enviaría a uno de mis hermanos o hermanas para hablar conmigo, y me pediría que volviera antes de que él hiciera algo más. Si eso sucediera, probablemente me iría antes de que venga en persona.”
“O podríamos apoyarte”, señaló Brian.
“O eso”, estuvo de acuerdo Alec, aparentemente ajeno a la muestra de camaradería. “¿Algo más? ¿Alguna pregunta más para su servidor?”
“Docenas más”, le dije, “pero creo que tenemos que hablar del otro gran tema del día.”
“Sí”, estuvo de acuerdo Brian. “Estoy menos que encantado de que no hayas mencionado esto, tengo mis preocupaciones sobre la posibilidad de que un tipo como él pueda ir tras de ti, tras nosotros, pero no hay nada que podamos hacer al respecto por el momento. Centrémonos en asuntos más urgentes.”
Lisa levanto los pies junto a ella en el sofá, “¿Pensamientos sobre el trato? ¿Antes de votar?”
“Tiene sentido para mí”, respondió Alec. “Es algo que pensé que acabaría haciendo eventualmente, controlar un territorio, ser el jefe de un área, dejar que los verdes lleguen sin grandes esfuerzos.”
“Podría ser un gran esfuerzo”, le dije, “Dependiendo de qué tan secreto se las arregle para mantener esto, y qué tan exitoso sea. Si esto sale mal, significa que estamos en contra de las capas que el Protectorado decida arrojarnos. Podríamos terminar con los equipos de Boston y Nueva York viniendo a resolver el problema, si se corre la voz de lo que estamos haciendo.”
“Llámame optimista”, dijo Alec. “No creo que se ponga tan mal.”
“Taylor me recordó lo que dije sobre el robo al banco y lo que terminó sucediendo.” Esto dicho por Brian. “Hemos tenido éxito porque, en general, elegimos nuestras batallas, nos lanzamos a la ofensiva y tomamos por sorpresa a nuestros enemigos. En situaciones donde no lo hemos hecho, y estoy pensando específicamente en nuestra lucha con Bakuda, realmente tuvimos problemas. Ahí fue cuando nos acercamos más a la muerte. Considera que seremos los que estén a la defensiva si mantenemos este territorio y enfrentamos a todos los que se acercan.”
“Podemos encontrarle una solución”, Lisa respondió: “Planes, recopilación de información, ataques preventivos. Tengo la información interna, y no hay nada que le impida a Taylor usar sus bichos para vigilar el vecindario. Además, Coil no dijo que no podíamos contratar a otros parahumanos, solo que cualquiera que quisiera trabajar en Brockton Bay tenía que doblar la rodilla ante él. Entonces, teóricamente podríamos reclutar otros parahumanos, si es que lo necesitáramos, aumentar nuestras fuerzas.”
“Mi problema”, elegí mis palabras con cuidado, “Es que suena demasiado bueno para ser verdad. ¿Qué pasa si no funciona? ¿Qué pasa si terminamos miserables, o si él nos traiciona, o si él no es tan bueno en esto como él cree que será? ¿Nos vamos? ¿Podremos hacerlo?”
“Me escapé de mi padre”, dijo Alec. “¿Sería tan difícil dejar a Coil?”
No tuve una buena respuesta para eso. “Supongo que no sabemos lo suficiente sobre él o los recursos que tiene a su disposición para decir.”
“Tengo mis reservas”, dijo Brian, “pero me da la impresión de que Coil va a seguir adelante con esto, independientemente de si estamos dentro o no. Prefiero estar en esto que estar sentado al margen, viendo cómo sucede.”
“Sí”, estuve de acuerdo, “Creo que en este momento, lo que podemos ganar al decir ‘sí’, y tener razón, supera con creces lo que podemos perder.”
“Entonces, ¿quién está a favor del trato?”, Lisa nos preguntó.
Levanté mi mano. Alec, Brian y Lisa se unieron a mí levantando la suya. Eso dejó a la única persona que no había participado en la conversación sobre el trato de Coil como el único voto negativo. Perra pareció despreocupada mientras frotaba el hombro de Brutus.
“¿Qué pasa?” Brian le preguntó.
“No me gusta. No confío en él”, no levantó los ojos de Brutus.
Me incliné hacia delante, “No digo que estés equivocada al no confiar en él, ¿pero por qué?”
Angelica, el terrier de un ojo y una oreja, la acarició con la nariz, y Perra la rascó detrás de la oreja. Perra explicó: “Habla demasiado. La única razón por la que la gente habla como él es si están ocultando algo.”
“No creo que esté tapando nada”, dijo Lisa, “mi poder probablemente me daría una pista si estuviera escondiendo algo.”
“Voy con mi instinto, y mi instinto me dice que no. Además, las cosas están bien tal como están.”
“Pero podrían ser mejores”, dijo Alec.
“Tu opinión, no la mía. ¿Hemos terminado aquí? Dijiste que no aceptaríamos el trato a menos que todos estuvieran de acuerdo con él, y yo no lo estoy.”
Brian frunció el ceño, “Espera. Supuse que discutiríamos esto, nos escucharíamos el uno al otro.”
“Nada de qué hablar”, Perra se puso de pie y silbó dos veces. Sus perros saltaron del sofá para seguirla. “Me voy a trabajar.”
“Vamos”, dijo Brian, “No-”
Lisa lo detuvo, “Esperemos, entonces. Dijo que teníamos una semana, que podemos permitirnos esperar uno o dos días. Perra, ve a hacer lo tuyo, quítalo del camino. Pero tal vez trata de estar más abierta a la negociación y la discusión cuando surja nuevamente.”
Las cejas de Perra se unieron en una mirada, no dirigida a nadie en particular. Volvió su atención a recoger las cosas que necesitaba: bolsas de plástico, algunas barras energéticas, correas y una mochila con una vara de plástico azul brillante que sobresalía de un hueco en la cremallera.
“Oye”, dije, “¿Puedo ir contigo?”
Me había dicho a mí misma que quería conectarme con estos tipos, y eso no iba a suceder si simplemente me relajaba y participaba solo cuando me invitaban. Tenía que hacer el esfuerzo. Dado a lo que estaba renunciando al estar aquí, pensé que me lo debía a mí misma.
Perra, sin embargo, no quedó impresionado. La mirada que me dio podría haber enviado a un pequeño animal huyendo por su vida.
“Vete a la mierda”, escupió las palabras.
“Oye. ¿Qué?” Estaba aturdida.
“Quieres venir y molestarme para que cambie de opinión. Bueno, vete a la mierda. No vas a entrar en mi espacio, metiéndote en mis asuntos, para obligarme a hacer o decir algo que no quiero hacer.”
Comencé a levantar las manos, en un gesto de apaciguamiento, pero me detuve. Perra tenía un estándar diferente para manejar situaciones sociales. Ella no entendía cosas como el tono, el énfasis, el sarcasmo, y el precedente la había llevado a asumir el sarcasmo y la agresión de cualquier declaración. Y no solo era con declaraciones, tenía la sospecha de que el gesto de levantar las manos podía verse como agresivo, o algo así como un animal que intenta hacerse ver más grande, intimidante.
Tuve que comunicarme con ella de una manera que dejaba el menor espacio para interpretaciones erróneas.
“Vas a encargarte de los perros rescatados, ¿verdad? ¿Eso es lo que haces cuando sales? ¿Tu ‘trabajo’?”
“No es asunto tuyo.”
“Coil dijo que estás sobrecargada. Te ofrezco un par de manos extra, para que puedas darle a los perros más de la atención que necesitan.”
“Pura mierda.”
“Basta”, Brian comenzó a levantarse, “Tienes que calmarte-”
Puse mi mano sobre su hombro y lo empujé hacia abajo. “Estoy bien. Rachel, voy a hacerte un trato.”
Sus ojos se entrecerraron.
“Pienso que mi último trato fue bastante justo, ¿Podrías escuchar este?”
“Bien.”
“Déjame acompañarte. Ayudaré donde pueda, quizás hablemos, pero no hablaremos de Coil, a menos que lo menciones. A cambio, si lo menciono, o si trato de manipularte de una forma u otra, puedes darme un golpe libre de consecuencias.”
“Un golpe sin consecuencias.”
“Un golpe, como quieras, donde quieras pegarme. Sé que Brian dijo algo acerca de que no haya repeticiones del día en que nos conocimos, nada de peleas dentro del grupo o lo que fuera, pero esto sería una excepción. Totalmente permitido.” Eché un vistazo a Brian, que solo me miró con preocupación y meneó la cabeza con fuerza.
“Nah”, Perra respondió, “Me molestarás de alguna otra manera.”
Impulsivamente, le dije: “Entonces, ¿qué tal esto? Si terminamos, volvemos aquí, y resulta que arruiné tu día, obtienes ese tiro libre.
Ella me miró por un momento. “Así que solo tengo que aguantarte por unas horas, ¿y luego puedo tirarte los dientes?”
“No”, dijo Brian, levantando la voz.
“Sí”, le dije, dándole a Brian una mirada penetrante. “Si menciono la reunión antes que tú, o si te molesto.”
Ella me miró, “Lo que sea. Si estás ansioso por ser golpeada, es tu funeral.” Ella se quitó la mochila y me la arrojó. La atrapé con ambos brazos. Más pesada de lo que parecía.
Mientras me apresuraba para ponerme las zapatillas, Alec me susurró: “Estás loca.”
Tal vez. Probablemente. Pero no podía pensar en una mejor manera de acercarme a Perra.
Esperaba que esto no fuera algo de lo que me arrepintiera.
[1] Hijack: Secuestrar o tomar el control de un vehículo o una señal.