Exterminio 8.2

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Un murmullo se esparció por la habitación tras las palabras de Legend. Uno de cada cuatro moriría. Y eso no quería decir que el resto de nosotros quedaríamos ilesos.

“Les estoy diciendo sus posibilidades ahora porque merecen saberlo, y tan rara ves tenemos la oportunidad de informarle a esos individuos lo suficientemente valientes como para dar un paso adelante y pelear contra estos monstruos. El mensaje principal que quiero transmitir, incluso mas que informarlos sobre sus habilidades, organizar formaciones y planes de batalla, es que no quiero que subestimen a Leviathan[1]. Vi a demasiado buenos héroes,” hizo una pausa por una fracción de segundo, “Y villanos, también, morir porque bajaron la guardia.”

Legend hizo una pausa y dio un vistazo por la ventana. Las nubes de tormenta habían llegado a la playa, y la lluvia torrencial sacudía el agua haciéndola espumar. No solo lluvia, sino un torrente de agua.

“Pensamos en Leviathan como el niño del medio; fue el segundo de los tres en llegar. No es la potencia física incomparable que es Behemoth[2], ni la astuta manipuladora que la Simurgh[3] tantas veces llega a ser. Dicho eso, les aconsejaría que pensaran en el como alguien que tiene muchas de las mismas fuerzas de sus hermanos a la vez. Han visto los videos en la televisión e internet. Saben lo que es físicamente capaz de hacer. Quiero dejar en claro que a pesar de la imagen que pueda transmitir, no es estúpido, y puede demostrar un nivel de astucia y tácticas que pueden y lograran atraparlos por sorpresa.

“Les diré lo que puede que no sepan a través de los videos. Siente dolor, puede sangrar, pero pocos ataques parecen penetrar lo suficientemente profundo como para dañarlo. Es como los otros dos Endbringers en ese aspecto.”

“Lo que lo diferencia es su enfoque en el agua. Es probable que estén conscientes de su imagen residual o remanente, su eco de agua. Este no es una mera salpicadura de agua. A las velocidades que Leviathan puede moverse, la tensión superficial y la compresibilidad hacen al agua tan dura como el concreto.[4] Además tiene una cruda hydrokinesis, la habilidad de manipular el agua, y va a haber agua en el campo de batalla. Creemos que esto es lo que le permite moverse tan rápido como lo hace cuando está nadando. Más rápido de lo que es normalmente, mucho más rápido que cualquier otro velocista[5] que tengamos registrado.”

Él continuó, “Si solo fuera eso, esta pelea aun necesitaría una demostración de fuerza como la que tenemos reunida aquí. Pero las cosas son mas serias que eso, lo que nos trae a nuestra preocupación principal. Por más que el aviso temprano de Dragon y Armsmaster puedan darnos la oportunidad de que este sea un buen día, otros problemas amenazan con que sea todo lo opuesto.

“Hablé de como Leviathan es un hydrokinetico. No puedo remarcar esto demasiado – Leviathan es principalmente un hydrokinetico a gran escala. No hay mejor demostración que los días en que Leviathan ganó.”

“Terranova,” dijo.

Sabia exactamente de lo que estaba hablando, y repetí con los labios la fecha mientras la decía, “Nueve de Mayo, 2005. Casi medio millón de muertos. La isla canadiense simplemente había desaparecido, después de que los cimientos de tierra que la sostenían se quebraran ante lo que ahora comprendemos fueron increíbles presiones debajo del nivel del agua.”

“Kyushu, la noche del dos de Noviembre y la mañana del tres, 1999. Su sexta aparición. Nueve millones y medio de muertos cuando la región fue inundada con maremotos de todas direcciones mientras Leviathan interrumpía los esfuerzos de evacuación preparados. Casi tres millones de evacuados quedaron sin hogar, una nación hundida.”

“Estos fueron errores, grandes fallas de los héroes en la defensa. Teníamos tan solo una estrategia en ese momento – rodearlo, minimizar los efectos de las olas crecientes y las bajas hasta que Leviathan fuera empujado a retirarse o Scion llegara. Estas áreas, sin embargo, eran demasiado vulnerables. Esperar dejaba que Leviathan incrementara la fuerza de sus ataques, y perdimos.”

Hizo una pausa. “Desde entonces clasificamos a las ubicaciones que son atacadas por Endbringers como blancos duros y blancos suaves. Los campos de batalla duros son donde nos plantamos firmes, ganamos tiempo, lo desgastamos. Los blancos suaves son las ubicaciones donde no podemos permitirnos hacer esto.”

La pantalla de televisión mostró una sección transversal de Brockton Bay como se veía desde el nivel del suelo. El extremo oeste de la ciudad estaba bordeado por colinas, y el terreno se inclinaba gradualmente de la base de las montañas hasta el agua. Directamente debajo de la imagen de los edificios que marcaban la ubicación de la ciudad, había una gran caverna, rodeada de roca en todos los lados excepto la parte cercana a la playa, que era arena. Estaba marcada de azul – llena de agua.

“Brockton Bay, esta ubicación, es un blanco suave. La ciudad fue originalmente fundada en esta ubicación por la proximidad a las rutas de comercio costeras y al acuífero que proveyó a los primeros colonos acceso a agua fresca. Este acuífero, esencialmente un lago subterráneo debajo de la ciudad, es nuestro punto débil. Desde el momento que aparezca Leviathan, esperamos que él agite y manipule esta reserva subterránea para erosionar la arena, sedimentos y roca aledaña. Agreguen a eso las oleadas en la superficie, los resultantes temblores e impactos…”

Dudaba que alguien fallara en comprender lo que ocurriría. Una sección de la ciudad, tal ves la mayor parte de la ciudad, podría colapsar dentro del acuífero.

Hizo una pausa, “Tenemos que terminar esto rápido. Cada ola que envie contra nosotros será más fuerte que la anterior. Esto significa que tenemos dos prioridades. Primero, no podemos perderlo de vista. Desde el momento en que comience la batalla, lo acorralamos, sostenemos una ofensiva constante. Si dejamos que se escape de nuestras líneas defensivas, perderemos valioso tiempo persiguiéndolo y poniéndolo en otra situación donde podamos controlar sus movimientos.”

“Nuestra segunda prioridad es que necesitamos encontrar formas de lastimarlo. Si no pueden, si sus ataques no causan daño o prueban ser inútiles, asegúrense de apoyar a quienes si pueden. Es vanidoso tener la esperanza de matarlo, pero puede ser reducido lo suficiente como para que huya de regreso al océano, y si lo lastimamos lo suficiente, puede postergar el tiempo antes de que sea capaz de lanzar otro ataque en algún otro lugar.”

Legend frunció el ceño. Las ventanas se sacudían con la fuerza de la lluvia que las azotaba. Era casi imposible ver a través del agua que fluía por ellas y la penumbra general que había detrás.

Esto es lo que son los Endbringers. Hasta ahora, hemos sido incapaces de detenerlos, incapaces de pasar por siquiera una confrontación sin terribles perdidas, ya sean bajas civiles, la perdida de una ciudad, o la perdida de las vidas de algunos de los mas fuertes y valientes de nosotros. Y seguirán viniendo, uno tras otro, ganando estás pequeñas victorias, y ganando algunas mayores.”

“Ustedes están haciendo algo bueno. Lo mas grandioso. Esta es la razón por la que somos tolerados, la razón por la que la sociedad permite y da lugar a que las capas caminen por sus calles y peleen en sus pueblos. Porque somos necesitados para situaciones como estas. Con su ayuda, podemos prevenir lo inevitable. Sus esfuerzos y, si eligen hacerlos, sus sacrificios, serán recordados.”

Él miró a Armsmaster.

Armsmaster comenzó a hablar, autoritativo, menos apasionado, pero confiado, “Los Custodios van a repartir brazaletes diseñados por Dragon. Estos son ajustables para pasarlos por su brazo y deben ser apretados alrededor de su muñeca. La pantalla en la parte superior del brazalete muestra su posición en una grilla, así como la última ubicación conocida de Leviathan. Hagan uso de esto. También notaran que hay dos botones. El botón a la izquierda les permite enviar mensajes a todos los demás que estén usando un brazalete. Este no va a comunicar lo que dicen de forma directa a todos los que usan el brazalete a menos que sean un miembro del Protectorado o en caso contrario un veterano de este tipo de peleas. Dragon tiene un a programa revisando los mensajes y pasándolos por la red basados en su prioridad, para disminuir mensajes innecesarios que podrían distraer de la información crucial. De ser necesario pasar por alto este retraso de tres a cinco segundos, digan las palabras ‘Anulación de proceso’[6] antes de comunicar su mensaje. Abusar esta función les hará perder la habilidad de enviar cualquier otro mensaje.”

“El segundo botón es una señal. Úsenla en el caso de una emergencia, para alertar a otros si están en peligro o heridos. Si no es una emergencia, pero necesitan asistencia, como un volador que los lleve a una mejor posición o ven una oportunidad para darle un giro a la batalla, presionen ambos botones, díganle al brazalete lo que quieren. El programa de Dragon priorizara sus necesidades, con asistencia enviada en su dirección si los demás no están ocupados con asuntos más urgentes. El brazalete controlará su condición y enviará una señal automáticamente si son seriamente lastimados o están inconcientes.”

Legend alzo la voz, “¡Capas! ¡Si ya enfrentaron a un Endbringer antes, de pie!”

Observe como el resto del Protectorado, alrededor de un tercio de los Custodios de fuera de la ciudad, Bambina, la mitad de los equipos de capas esponsoreadas comercialmente y los Viajeros se pusieron de pie. No pude evitar notar que Armsmaster se inclinó hacia Miss Militia, susurro algo en su oído, y apuntó a los Viajeros. Miss Militia sacudió su cabeza.

“¡Ante la duda, sigan las órdenes del Protectorado primero! ¡Hemos entrenado, organizado y planeado para esto! ¡Los demás de pie, ahora, son a quienes escuchan si no están contradiciendo nuestras ordenes! ¡Ya pasaron por situaciones muy similares a esta, sigan sus instintos!”

“¡Vamos a dividirlos en grupos basados en sus habilidades! ¡Si están confiados en poder soportar un golpe de Leviathan y ponerse de pie luego, o si tienen la habilidad de producir combatientes descartables, los necesitamos en la primera línea! ¡Serán dirigidos por Alexandria y Dragon!”

Mientras una parta de la multitud se movió a una esquina de la habitación, Armsmaster descendió del podio para acercarse a Tattletale, Grue y Regent, “¿Dónde está Hellhound?”

“Al menos llámela por su nombre real,” Tattletale lo fulmino con la mirada, “No está aquí. Peleó lo suficiente contra sus perros como para saber que no son tan duros, y eso significa que está implicando que son descartables. Alégrese de que ella no está por aquí para escuchar eso y darse cuenta.”

Armsmaster abrió su boca para responder, pero se retiró cuando Legend llamó su nombre.

“¡Armsmaster y Chevalier[7] lideraran a los combatientes que luchan mano a mano que no encajan en el grupo de Alexandria! ¡Cualquiera que crea que puede herir u obstaculizar a Leviathan a corta distancia, asistirán y reforzaran la primera línea!”

Armsmaster se alejó a zancadas de los Undersiders, y vi a Assault, Battery, Brandish, Night y Fog moverse para unirse a ese grupo, entre otros. Mas pequeño que el primer grupo, pero supongo que se necesitaba una cierta cantidad de valor para estar dispuesto a acercarse a un Endbringer cuando no eras invencible o algo parecido.

El muchacho con piel metálica comenzó a pasar entre mi fila. Me dio un brazalete de una bolsa, y lo pasé por mi mano y ajusté en su lugar. Una plana pantalla cuadrada mostraba una vista de satélite del edificio en el que estábamos, y el estacionamiento que lo rodeaba y la playa. Un display decía: ‘Declare su nombre’.

Presioné el botón comunicador y dije, “Skitter.”

Mi nombre apareció en el display, con las opciones si y no apareciendo en la esquina sobre los respectivos botones. Lo confirmé.

Legend todavía estaba organizando los grupos. “-campos de fuerza, telekinesis, sea cual sea su poder, si pueden interrumpir los movimientos de Leviathan o ayudar a reducir los impactos de sus olas, son la defensa de respaldo! ¡Bastion va a dirigirlos!”

Estaba muy consciente de que el tamaño del grupo en el que me todavía estaba sentada estaba disminuyendo y no tenía un lugar donde ir.

“¡Movedores! ¡Necesitamos voladores, teleportadores, corredores! ¡Ustedes responderán a las alertas! ¡Rescaten a los caídos, llévenlos a los cuidados de emergencia, asistan a cualquier otro donde sea necesario! ¡Myrddin[8] les dará sus órdenes!”

“¡Atacantes de larga distancia, conmigo! ¡Si caen dentro de más de una categoría, vayan con el grupo en el que crean que serán de mayor ayuda!”

¿Contaba yo como atacante de larga distancia? No, mi poder no lastimaría a Leviathan. Me giré para ver a aquellos de nosotros que seguían sentados. Reconocí a Grue, Tattletale, Regent, Othala, Victor, Panacea y Kaiser. Había una media docena más a quienes nunca había visto. Personas de fuera de la ciudad.

“El resto de ustedes-” Legend fue interrumpido por gritos. Bastion bramó, señaló, y las personas en su equipo se movieron.

Capaz de campos de fuerza se levantaron alrededor de la pared exterior, delante y detrás de las ventanas, y no fueron suficientes para resistir el impacto. El edificio se sacudió con el impacto, los campos de fuerza de la izquierda colapsaron, y la corriente de agua comenzó a entrar, empujando grandes trozos de ladrillo, cristal y metal del marco de las ventanas hacia adentro del vestíbulo.

Una de las pantallas de televisión se cayó dentro del raudo diluvio. Las otras dos mostraban una serie parpadeante de imágenes, cada una por medio segundo. La costa de Brockton Bay siendo golpeada por una ola. El ferry, el muelle en el extremo sur de la ciudad, el Paseo Marítimo, todos aplastados por la ola inicial. Vislumbre por un instante a una figura alta en medio de una toma, poco mas que un borrón detrás del rocío de agua y la lluvia.

Hubo un ruidoso quejido, y el techo de una esquina de la habitación comenzó a descender velozmente hacia el suelo. Narwhal sacudió dos dedos en esa dirección, y detuvo el techo con unos campos de fuerza, peor vi a otras porciones del techo comenzar a hundirse, baldazos de agua entraban por las grietas de los ladrillos del techo.

“¡Strider!” Legend bramó, por sobre el ruido y el caos, “¡Sácanos de aquí!”

Una voz sonó desde el brazalete, femenina, sintetizada, excepto que no podía descifrarla por sobre todo le ruido.

El aire fue expulsado de mis pulmones, y hubo un sonido como el de un trueno. Mi cuerpo entero fue sacudido hasta la medula, y pensé que tal vez había sido golpeada por un rayo. Estaba afuera, me di cuenta, en mis manos y rodillas en lo que en un principio pensé que era un rio poco profundo. La lluvia que nos azotaba era mas como una cascada que cualquier tormenta en la que había estado. El sabor del agua salada de mar llenaba mi nariz y boca. Mi mascara mojada se pegaba a la parte inferior de mi rostro, forzándome a dejar la cabeza colgando para evitar que mi respiración metiera todavía mas agua en mi boca. Algo de toz y exhalaciones fuertes despejaron la mayor parte.

Habíamos llegado al medio de una calle, una que había cruzado muchas veces cuando iba o volvía del departamento. Todavía estaba oscuro – o el sol todavía no había comenzado a salir, o la tormenta era suficiente para oscurecerlo. El ‘rio’ en el que estaba arrodillada era el agua retrocediendo de la primera marejada, retrocediendo cuesta abajo hacia la playa y el océano. Traía consigo oleadas de basura, ventanas rotas, planchas de madera y plantas muertas.

Miré a mi alrededor, vi a varios héroes y villanos recomponiéndose, poniéndose de pie con esfuerzo en la marea que cubría hasta las rodillas. Algunos voladores estaban transportando a nuestros combatientes de larga distancia hacia los techos.

Al final de la calle, cuesta abajo, estaba el Paseo Maritimo, o lo que quedaba de él. Por lo que podía ver a través de la lluvia torrencial, los tablones de los caminos y muelles habían sido quebrados por la marejada inicial, al punto de que muchos estaban levantados casi de forma recta hacia arriba o se habían doblado en arcos partidos. El agua hacía espuma y rocío mientras corría apresuradamente de nuevo contra la desgarrada barrera que había sido el distrito comercial de alto nivel de Brocton Bay.

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Él estaba allí también. Pude ver su silueta a través de la lluvia y el roció del agua que era el resultado de la marejada, tal como lo había visto en la televisión. Nueve metros de alto, la mayor parte de él era musculosa pero no abultado. Sus hombros encorvados, su cuello y el extremo superior de su torso eran la excepción, cubiertos de tendones que sobresalían como cables de acero. Le daba una apariencia pesada en la parte superior, casi como una gota de agua invertida con brazos, piernas y cola.

Sus proporciones estaban mal – sus pantorrillas y antebrazos parecían demasiados largos para su altura, sus dedos con garras y pies digitígrados[9] todavía más. Se movía con una cierta gracia lánguida mientras avanzaba a través de la tempestad. Sus brazos se movían como péndulos, sus garras cortando a través de la superficie del agua, mientras la parte superior de su cuerpo se mecía a la izquierda y derecha, como para contrabalancear su gran altura. Su cola, de doce a quince metros de largo y con forma como de látigo, se sacudía detrás y a su alrededor a la par de sus pasos, quizás producto de la misma necesidad de balance que le daba su tambaleante marcha.

Galones de agua se derramaban a su alrededor al son de sus movimientos, aproximadamente la misma cantidad de masa que la parte de su cuerpo acababa de ocupar en el espacio. Esta ‘imagen residual’ se derramaba por él y salpicaba violentamente contra el agua por la que caminaba.

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La imagen residual.

Al acercarse a los héroes y villanos que estaban organizándose en líneas, gritando algo que de alguna forma era incapaz de escuchar por sobre el zumbido del miedo y la adrenalina, casi pude distinguir su rostro. Era algo que realmente nunca veías en los videos o fotos. No tenia nariz o boca, ni orejas. Su rostro era una extensión plana, rígida, del mismo material escamoso que cubría el resto de su cuerpo, como las escamas de la espalda de un cocodrilo. El duro y vacío ‘rostro’ de Leviathan estaba dividido solo por cuatro grietas o rasgaduras – una del lado derecho de su rostro, y tres en el lado izquierdo. En cada una de esas oscuras rendijas, las verdes esferas de sus ojos resplandecían con una luz que brillaba intensamente a través de la lluvia. Su cabeza se movía más rápido que el resto de su cuerpo, sacudiéndose de forma espasmódica de un ángulo al siguiente como podría titilar el ojo de alguien de izquierda, a derecha, arriba a abajo, captándonos a todos, perturbadoramente fuera de tiempo con el resto de su cuerpo.

“¡Prepárense!” Legend aulló las palabras.

Era difícil saber si Leviathan había escuchado la orden o si Legend había reconocido su movimiento, pero Leviathan se agachó en cuatro patas al mismo tiempo que Legend dio la orden.  Con el grito de Legend todavía resonando en el aire, Leviathan se movió.

Era rápido.

Tan rápido que sus las garras en sus manos y pies no tocaban la calle debajo del agua – su impulso inicial, su inercia hacia adelante suficiente para permitirle correr sobre la superficie del agua.

Tan rápido que antes de que pudiera terminar de tomar un aliento, para chillar o gritar algo o gemir de temor, ya estaba en medio de nosotros, sangre y agua salpicando donde había colisionado contra las líneas de capas congregadas, y los brazaletes comenzaron a anunciar a los terminalmente heridos y a los fallecidos. Carapacitator caído, CD-5. WCM fallecido, CD-5. Iron Falcon caído, CD-5. Saurian caído, CD-5.

[1] Leviatán en español. Criatura marina gigante de la mitología Abrahmica, llamada la más poderosa de las bestias marinas. A veces usado para llamar a las cosas muy grandes en general.

[2] Bégimo en español. Criatura terrestre gigante de forma no especifica, llamada la más poderosa de las bestias terrestres.

[3] Simurg en español. Es una criatura voladora de carácter mítico y benevolente perteneciente a la mitología irania.  La criatura voladora más poderosa, asociada antiguamente con las otras dos bestias.

[4] Para referencia, esto es similar a cuando uno cae de muy alto al agua, la tensión de la superficie y el límite de compresión del agua hacen que sea lo mismo que golpear contra el cemento. Tal ves habrán visto en alguna película al protagonista arrojar algo al agua antes de impactar para romper esta tensión un poco.

[5] Un velocista, speedster en inglés, es alguien con poderes como los de Flash o Quick Silver de X-men.

[6] Hard Override: No encontré una traducción que transmita el mismo dramatismo en español que en inglés, especialmente porque como muchos términos de programación no parece haber una traducción, sino que se usan los términos en inglés. Un override es, explicado de forma coloquial, cuando se saltea un proceso en un programa, como una medida de seguridad – definitivamente la más común en la ficción. En este caso, el ‘hard’ es porque estaría pasando por alto una función base del programa, salteándose todos los chequeos de seguridad e interrumpiendo cualquier otro proceso (como cuando Windows pregunta si uno quiere interrumpir un programa que se colgó).

[7] Chevalier es un tipo de caballero francés.

[8] Myrddin Wyllt es una figura de la leyenda medieval galesa. Profeta y loco, Geoffrey de Monmouth lo introdujo en la leyenda artúrica como el mago de Merlín.

[9] A diferencia de los plantígrados, como los humanos, que se apoyan en con la planta de sus pies y el talón, un digitígrado se apoya en la punta de los dedos, como los perros y caballos, o en bípedos las aves y dinosaurios.

tamaño leviathan.jpgLeviathan_endbringer_by_drunkfu-d6fl42s.jpgComo se puede hacer un poco difícil visualizar el tamaño relativo de algo tan grande como Leviathan, les dejo estás ilustraciones. Incluye también el tamaño aproximado de uno de los perros de Perra, aunque puede que sea un poco mas grande.

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Exterminio 8.1

El mar de cuerpos era una marea que Tattletale y yo tuvimos que atravesar empujando. Había un millar o mas de personas asustadas en nuestra área inmediata, moviéndose contra nosotras y a nuestro alrededor. Incluso nuestros trajes no le daban a la gente motivo o razón para darnos espacio. Imprudentes en su estado de pánico, la muchedumbre era guiada solo por las barricadas de policías y coches[1] patrulla que habían sido establecidos en las intersecciones para guiar a las masas a los refugios.

Todos habían sido informados, en los panfletos que venían en el correo y las escuelas, sobre los procedimientos de emergencia. Había refugios de múltiples niveles distribuidos a lo largo de la ciudad, suficientes para que la gente se resguardara por algunas horas. Se les dijo que podían traer a sus mascotas mas grandes si se podía confiar en que se comportarían. Podían traer solo los suministros médicos necesarios y lo que podían cargar en su persona. No se les permitía usar autos a menos que estuvieran en las periferias de la ciudad. Era demasiado fácil que hubiera un accidente en medio del pánico y la prisa, dejando a todos atascados en un embotellamiento cuando llegara el desastre.

Pero la gente era estúpida. Una condición crónica de nuestra sociedad, que tantas personas por alguna razón pensaban que eran especiales, la excepción a la regla. En esta muchedumbre aterrada, cada regla estaba siendo quebrada. Había personas con equipaje en ruedas, un niño cargando una lagartija en una jaula de vidrio. La gente estaba empujando, gritando e insultándose. Las mascotas reaccionaban al ambiente estresante con ladridos y gruñidos, correteando por el lugar y haciendo que otros se tropezaran o enredaran en sus correas. Tattletale y yo incluso pasamos dos autos que estaban avanzando en medio de la estampida, centímetro a centímetro, sonando sus bocinas sin parar. Entre las sirenas de bombardeo y las bocinas, no podía discernir las palabras que la gente estaba gritando. Apenas podía pensar.

Llegamos aun trio de oficiales de policía, que habían usado sus autos y cinta amarilla para cerrar dos lados de una intersección. Pude ver los ojos de el oficial mas cerca de mi ampliarse al reconocerme. Estaba a punto de decir algo, pero el oficial junto a el le puso una mano en el hombro y se estiro dentro del auto de policía. El empujo piezas de papel en nuestras manos.

Le eché un ojo, encontré lo que necesitaba y le dí un asentimiento cordial. Tattletale tomo mi mano y tiro de mi para alejarnos.

El papel, etiquetado en la esquina superior con las palabras ‘Respuesta Parahumana’, contenia una imagen de nuestra destinación en blanco y negro con direcciones de como llegar. No era lejos – el área estaba dividida entre los Muelles y el centro de la ciudad, a un poco distancia al Este del centro comercial adonde había ido con Brian.

Mientras más nos acercábamos a nuestro destino, más disminuía el número de gente en la multitud. Vimos a otra multitud avanzando hacia un refugio diferente cuando nos acercamos, pero podíamos evitarlo evitando esas calles en particular.

Cuando nos acercamos lo suficiente como para que me preguntara que dirección tomar, vi el hilo de humo que dejó un enorme traje de armadura mientras descendía del cielo, a solo una cuadra de distancia. Fue pista suficiente para que Tattletale me empujara a seguirlo. Alcanzando el final de la calle, vimos nuestra destinación al otro lado de una calle de cuatro carriles vacía.

El edificio insulso. Seis pisos de alto, presentaba ladrillos marrón oscuro y ventanas de cristal polarizado, y se posaba solo en una colina de césped. Un cercano parque de estacionamiento vacío estaba entre nosotras y el edificio, y un tramo de playa estaba más allá de él. Personas en uniformes del ERP posaban de guardia alrededor del parque de estacionamiento y la entrada, y cuatro o cinco vehículos en el parque eran camionetas del ERP, con mangueras montadas en torretas y exteriores acorazados. La mejor indicación posible de que este era el lugar de reunión.

Atravesando la colina y a la izquierda estaba Dragon, en un traje mecánico que era tan grande como dos camionetas del ERP combinadas, de cuatro patas, con lo que parecía un único motor de jet en la parte superior, todavía humeando por su reciente vuelo. A ambos lados del motor o propulsor o lo que fuera que era, había dos lanzamisiles montados en sus hombros, cada uno precargado con cuatro misiles mas largos de lo que yo era alta. Estaba encarada hacia el agua, inmóvil, como una gárgola haciendo guardia.

Vi lo que estaba mirando. Una nube de tormenta en la distancia. Colgaba sobre el agua con una opaca cortina de lluvia que precipitaba desde ella. Estaba acercándose gradualmente.

Mientras nos acercábamos al estacionamiento, un escuadrón de oficiales del ERP bloqueo nuestro paso. Sentí un momento de inquietud. ¿Eran alguna de estas personas las mismas que habíamos atacado en el evento de recaudación de fondos del Protectorado? No podía saberlo, con sus cascos y mascaras cubriendo sus rostros.

Con un sonido como el de un relámpago amortiguado, media docena de personas aparecieron en el centro del estacionamiento vacío. Cuando vi quienes eran, quedé anonadada. No era hipérbole o lo que sea, estaba usando la palabra anonadada en su sentido más literal y real.

Alexandria estaba de pie al frente de la multitud que acababa de llegar. Su cabeza giro de un lado al otro mientras analizaba su nuevo entorno, el largo, liso cabello negro se filtraba de la parte trasera de su casco agitándose de un lado al otro. Ella era representaba todo lo que te hacia pensar ‘superheroína’; atlética, alta, muscular, pero todavía femenina. Su traje era negro y gris claro, con una imagen de una torre en el centro de su pecho, y portaba una ancha y pesada capa que fluía sobre sus hombros y cubría todo hasta el suelo a sus lados y espalda. Alexandria.

Alexandria_by_YunYunHakusho

Su equipo – personas que reconocía pero no necesariamente podía nombrar – la seguía en una formación suelta. Solo un hombre en un uniforme azul y negro y con gorra se quedo atrás en el medio del estacionamiento. Miró a su alrededor por unos momentos y luego desapareció con un chasquido y un soplo, mas pequeño que el que había traído al grupo entero aquí.

Tattletale y yo dimos una vuelta alrededor del estacionamiento, para evitar estorbar a cualquier teletransportado en camino. Casi estábamos en la puerta cuando escuchamos llegar detrás nuestro, de la misma forma en que había llegado Alexandria. Esta ves eran adolescente. No podía ubicarlos, pero los colores más brillantes de sus trajes me hicieron sospechar que eran héroes. El hombre que los había teletransportado dijo algo que no pude escuchar por sobre el aullido de las sirenas, y rápidamente comenzaron a marchar en nuestra dirección.

Guiándolos fuera del estacionamiento iba un descamisado muchacho musculoso con piel, ojos y cabello metálico y una extraña textura en sus hombros y columna. Entre otras cosas, noté los dientes de un tenedor sobresaliendo cerca de su cuello, y lo que pueden haber sido los cables de una alambrada de púas semi derretidos en su hombro opuesto. Pero donde esa extraña textura de metal semi derretido no lo cubría, su cuerpo metálico era excesivamente detallado y refinado. Su ‘piel’ era de un oscuro gris metálico con muy ligeros remolinos de metales más claros entremedio, y su musculatura de ‘adonis’[2] estaba perfectamente grabada en el metal, con líneas plateadas trazando la definición de sus músculos como venas de metal en medio del mineral en bruto. Sus ojos, también, eran plateados, y dos líneas corrían desde las esquinas de estos por sus mejillas y hasta su mandíbula.

Él puso una pesada mano sobre mi hombro mientras pasaba a mi lado y me ofreció una leve sonrisa.

Parecía que éramos aliados, al menos de momento.

Tattletale y yo seguimos a su grupo adentro del edificio.

Sillas plegables habían sido colocadas en filas y columnas en el centro del vestíbulo, mirando hacia un trio de televisores de pantalla ancha, que a su ves estaban de espaldas a una serie de ventanas que tenían vista hacia la playa. A través de las ventanas, teníamos la vista perfecta de la tormenta que se aproximaba.

Por mas intimidantes que eran las nubes que se acercaban, lo que llamó mi atención fue la multitud. Había personas llenando el vestíbulo. Solo unos pocos eran locales.

El Imperio Ochenta y Ocho estaba aquí, en el fondo de la habitación. Vi a Hookwolf allí, medio cubierto en una capa de sus ganchos y garfios de metal. No vi a Cricket o Stormtiger. Él nos fulmino con la mirada a Tattletale y a mí.

Los Viajeros estaban todos presentes, noté, el único otro equipo de villanos locales que se presentó. La Cuadrilla de Faultline estaba ausente, y no podía evitar notar que Coil no estaba en el lugar. No era la clase de tipo que va al frente de batalla, pero al menos había proporcionado a sus soldados para la situación con los ABB.

Los héroes locales estaban presentes en todo su esplendor. No estaba sorprendida – saltearse esta pelea, como un héroe, ni hablar como un grupo de héroes, seria imperdonable para el público. Aegis estaba hablando con el muchacho de piel metálica que había llegado al mismo tiempo que Tattletale y yo. Un grupo grande de unos quince adolescentes estaban reunidos y hablando entre ellos. Había algunas bromas, una risa ocasional, pero se sentía forzada, tensa. Falsa valentía. Asumía que todos eran Custodios, de al menos tres ciudades.

Los chicos de New Wave estaban cerca de los Custodios -Glory Girl, Panacea, Laserdream y Shielder- pero no se estaban realmente uniendo a la conversación que estaban teniendo los Custodios. Podía ver a Glory Girl y Gallant parados juntos; ella estaba tomando su mano. Panacea estaba sentada en una silla justo al lado de donde Glory Girl estaba de pie, sus brazos cruzados sobre el respaldo de la silla, su mentón descansando en sus muñecas. Ella nos miró con odio a ambas, aunque la mirada iba principalmente dirigida a Tattletale. Cerca de Panacea, los adultos de New Wave habían movido las sillas plegables para formar un circulo tosco para poder sentarse mientras hablaban en una especie de pelotón.

El Protectorado estaba presente, y no eran solo los locales, sino las armas pesadas. Armsmaster, con un porte algo más alto y viéndose mucho mas confidente de lo que lo había visto antes, con no una sino dos Alabardas conectadas a su espalda, tenía una conversación tranquila con Miss Militia y Legend. Me tomó un momento absorber esa imagen. Él era la cabeza del Protectorado, el líder del equipo de capas más grande del mundo. Aun más, estaba justo delante de mi, teniendo una conversación con alguien con quien yo había hablado. Por ridículo que sonara, me afectó.

Legend portaba un traje ceñido azul con un diseño en blanco que caía en algún punto entre un estilo de llamas o electricidad. Tenía un físico perfecto – uno al que no me molestaba darle una segunda mirada – una quijada fuerte y cabello castaño ondulado. Si Alexandria era la golpeadora voladora que básicamente todo otro golpeador volador intentaba alcanzar, entonces Legend era el jefe de la manada cuando se trataba de ser una artillería voladora. Su pode de fuego estaba a la par de Purity, si no es que directamente la sobrepasaba, y era mucho, mucho más versátil.

Colored_Legend_from_Triumvirate_by_YunYunHakusho

Sabiendo que había visto a dos miembros de las tres figuras liderando el Protectorado, busqué al tercero. Eché un vistazo más allá de Myrddin, de Chicago, con su túnica marrón de arpillera y báculo de madera, Chevalier, in reluciente armadura de oro y plata, cargando su espada cañón, y Bastion, quien había ganado mucho revuelo en la prensa últimamente. Alguien uso un celular para atrapar a Bastion usando la palabra ‘sudaca’[3] mientras le gritaba a un chico que solo quería tomarle una foto. Estaba deliberadamente ignorando a Kaiser, quien estaba parado cerca, mirándolo fijamente, provocándolo sin hablar o hacer nada.

No fue sino hasta el fondo de la habitación donde encontré al tercer miembro del triunvirato del protectorado.

Eidolon estaba parado detrás de uno de los enormes televisores, mirando por la ventana. Vestía un traje ceñido verde azulado que se expandía en una voluminosa capucha, capa y mangas que colgaban sobre sus manos. El interior de la capucha y mangas no estaba oscuro, sino iluminado con una tenue luz verde.

Debatir sobre el poder relativo de varias capas era bastante común, en el patio de la escuela y otros lugares. Si Alexandria y Legend pelearan, ¿Quién ganaría? ¿Ganaría el Protectorado de Boston contra el equipo de Brockton Bay? ¿Qué tal si removieras a los miembros más débiles de Boston hasta que ambos equipos tuvieran los mismos números?

Cuando la pregunta inevitablemente llegaba a quien era el mas fuerte, los ‘cinco grandes’ generalmente eran dejados afuera, en el sentido de ‘bueno, claro, pero aparte de ellos’. Scion contaba como parte de ese grupo porque los poderes que tenia estaban muy por sobre los de básicamente todos los demás. Eidolon era casi el opuesto, porque tenía todos los poderes, aunque solo podía cargar con un puñado a la vez. Luego estaban los Endbringers, porque ellos demandaban situaciones como estas, donde incluso Scion o Eidolon mas múltiples equipos de capas no eran necesariamente suficiente.

Seguro, algunas personas leales podían argumentar que Legend era mejor que Eidolon, o tal ves incluso alguna otra capa como Dragon o Alexandria. Pero ¿Hablando generalmente? Eidolon era quien estaba en la cima.

Eidolon_by_YunYunHakusho

Aparté la mirada de Eidolon, para chequear el resto de la multitud. Habían algunos otros equipos no oficiales de héroes, incluidos Haven, el equipo cristiano del cinturón de la biblia[4], y dos equipos con espónsores corporativos que tenían mucho cuidado de no interactuar unos con otros. Había alguna clase de amarga rivalidad allí.

Había también un puñado disperso de héroes y villanos individuales también. Pocos que pudiera nombrar. Vi a una chica vestida como una muñeca estilo antigua. Parian. Ella era local, y no era un héroe o un villano. Una renegada[5] que solo usaba su poder para negocios o entretenimiento. Se la podía ver a veces haciendo alguna promoción para una tienda en el centro, dándole vida a algún animal de felpa enorme o a la mascota de una tienda. había dado una entrevista a una revista que había leído antes de tener poderes, y sabia que era una estudiante de moda, aunque no revelaría quien era hasta estar mas establecida. Parecía estar atrapada en una conversación con una villana de cabello rizado y mejillas con hoyuelos que no parecía tener mas de ocho años, que vestía un vestido estilo habito que era tal ves del mismo periodo que el de Parian. La pseudo niña era Bambina[6], si recordaba bien.

Parian fue rescatada por una de los Custodios de fuera de la ciudad, una chica en traje ceñido con un visor que le cubría los ojos, nariz y oídos, con un carcaj de lo que parecían ser agujas y una enorme ballesta. La Custodio dijo algo a Bambina, quien frunció el ceño y logro verse adorable al hacerlo. Entonces la heroína acompaño a Parian hacia donde ella habia estado hablando con Shadow Stalker. ¿De qué podría estar hablando un grupo como ese? Puede que no fuera la única que pensara en eso – Shadow Stalker no parecía impresionada con la nueva adición a su grupo, al juzgar por su lenguaje corporal.

Tattletale avistó a los Undersiders antes que yo. Había estado buscando a Perra y a los perros como cosas que resaltarían en la muchedumbre, pero no estaban presentes. Tattletale apretó mi mano y me dio una sonrisa apologética antes de soltarla, dándome una palmada en el brazo, y cruzando la habitación para dirigirse a donde se sentaban Grue y Regent.

Los dos chicos dieron un vistazo en mi dirección, y luego enfocaron su atención en Tattletale. Ignorándome.

Eso… realmente dolió.

Era algo un poco absurdo, que estuviera preocupada por algo como eso, dada la seriedad de la situación actual. Estábamos aquí porque nos encontrábamos con una muy real posibilidad de enfrentarnos contra uno de los Endbringers. No debería estar preocupada con amistades rotas.

Pero estaba preocupada por eso, estúpidamente. Se sentía como si estuviera de regreso en la escuela, la única niña que quedaba cuando todos los demás habían encontrado sus grupos, y un golpe a mi confianza no era lo que necesitaba en un día como este. Busqué un lugar donde sentarme, y me establecí en una silla en la zona general cerca de los Undersiders y los Viajeros.

Sundancer me miro con disgusto, notó mi presencia, y luego pareciera que se tomó el esfuerzo de evitar mirarme otra vez. Eso me tomó por sorpresa, por que de alguna forma me había dejado creer que habíamos dejado nuestra batalla cooperativa contra Lung con una buena impresión. Parecía que ella no estaba tan dispuesta a pasar por alto el hecho de que le había arrancado los ojos a Lung.

Sintiendome mas y mas como una extranjera, mas fuera de lugar, vi como otros llenaban la habitación. Mas del Protectorado, y algunos pocos miembros del Gremio. Narwhal hizo girar cabezas cuando entro al vestíbulo. Tenía dos metros quince de alto, con una cortina de lustroso cabello pálido que se extendía casi hasta sus rodillas. Estaba sin ropa, ni siquiera usando un traje ceñido en su cuerpo de largas extremidades, pero de alguna forma no era obsceno. Su piel estaba cubierta por capas de finas escamas de cristal que capturaban la luz y centelleaban con ligeros tonos de arcoíris. Un solitario cuerno sobresalía del medio de su frente, un metro de largo. Ignoró las miradas fijas mientras encontró un espacio para apoyarse contra la pared cerca del frente de la sala. Tenía su mentón contra su pecho con sus ojos cerrados, como si estuviera descansando, o concentrándose. O tal vez era un habito al que se había acostumbrado cuando pararse erguida significaba atravesar el techo con su cuerno.

Aún más seguían llegando cuando Armsmaster y Legend se alejaron de su conversación y caminaron al frente de la sala. El alboroto en la habitación se detuvo, y todo par de ojos se posó sobre ellos.

Legend se aclaró la garganta. Tenía el tipo de voz al que uno escuchaba, “Le debemos las gracias a Dragon y Armsmaster por su alerta temprana. Tuvimos tiempo de reunirnos, y eso significa que tenemos unos pocos minutos más para prepararnos e informarlos para la llegada de Leviathan, en lugar de saltar directo al combate a medida que llegamos. Con esta ventaja, algo de suerte, trabajo en equipo y un duro esfuerzo de parte de todos, tengo la esperanza que este pueda ser uno de los días buenos.”

Un discurso previo a la batalla de Legend. Casi hacía que las peores, más dolorosas y peligrosas situaciones en las que me había metido desde que me puse el traje valieran la pena.

“Pero deberían saber sus chances antes de comenzar. Dadas las estadísticas de nuestros enfrentamientos previos con la bestia, un ‘buen día’ todavía significa que uno de cada cuatro de las personas en esta habitación probablemente estará muerto al final del día.”

O tal vez no.

[1] Esta es una nota menor, pero voy a traducir los coches o automóviles como autos ya que es el termino que mas se usa en mi país y el que mis dedos escriben por inercia cuando traduzco ‘Car’.

[2] Adonis es el nombre de un dios griego de eterna juventud, usado como referente a alguien de cuerpo perfecto.

[3] En el original usa la palabra ‘spic’, que es un termino despectivo para referirse a los hispanos, en particular a los latinos. Términos como Beaner o Wetback son más comunes para insultar a los latinos, pero se ve que en el mundo de Worm el preferido es spic.

[4] Haven viene de Heaven, el cielo/paraíso cristiano. El cinturón de la biblia, o cinturón bíblico es como se le llama a un estrecho horizontal de Estados Unidos donde la gente es mucho mas creyente de lo normal y la religión tiene mucho mas poder que en otras áreas.

[5] Para refrescar la memoria, una renegada, del inglés Rogue, es una capa que como dice el texto, no es héroe ni villano, el termino comenzó con connotaciones negativas para el público, al referirse a personas impredecibles con lealtades dudosas, pero el ERP los intenta promover para que mas capas se dediquen a cosas no violentas.

[6] Bambina significa niña en italiano.

Este capitulo bastante corto se concentra en introducir un monton de capas que van a ser importantes para la historia a corto y largo plazo, por supuesto el Triumvirato tiene su primera aparición real, pero tambien otros que en menor o mayor medida van a seguir apareciendo.

Si están disfrutando la historia les ruego que dejen algun comentario y de ser posible que la recomienden. Realmente es mas para alimentar mi ego que otra cosa, pero un ego alimentado tiene mas energias para traducir. LOL

Interludio 7.z

<¡Camina!> Ladró el soldado en turco. Clavó su arma entre sus omóplatos con fuerza. Era dos veces más alto que ella, mucho más fuerte que ella, por lo que no podía pelear o resistirse incluso si no estuviera armado. Ella tropezó con los arbustos y los árboles, y las ramas se rasparon contra sus antebrazos y cara.

Un pie delante del otro, se dijo Hana. Sus pies se sentían como pesas de plomo mientras avanzaba con dificultad. Las agujas en los árboles y arbustos raspaban contra su piel. Incluso las ramitas eran ásperas, casi espinosas, se aferraban a su vestido y calcetines, mordían la tela para rascar la piel y apuñalar sus pies descalzos.

<¡Más rápido!> Amenazó el soldado. Dijo algo más, más largo y más complicado, pero el turco de Hana no era lo suficientemente bueno para entenderle. Miró por encima del hombro y vio al hombre a sus espaldas. Dejó en claro su significado explícitamente agitando su arma hacia los otros niños, que estaban acorralados en medio de una media docena de soldados. Si ella no se moviera más rápido, alguien más lo pagaría.

Siete años le habían dado confianza falsa a su aldea, les hizo creer que estaban lo suficientemente lejos, lo suficientemente aislados en el valle y el bosque, que podían escapar de la peor parte de la lucha de la guerra que seguía ocurriendo. Esa ilusión había sido destruida hacía apenas unas horas.

Ella había estado escondida en el sótano junto a su casa. Había oído los gritos y disparos. Demasiados disparos, considerando cuán pocas armas de fuego tenían los hombres y las mujeres de su aldea. Las armas y las balas eran demasiado caras cuando vivías de tu jardín y de lo que podías cazar, y un viaje a la ciudad más cercana para comprar esas cosas era peligroso. Lo que tenían eran sobras, el puñado de armas que los guerrilleros les quitaban a los enemigos y dejaban atrás o intercambiaban en trueque cuando pasaban por la aldea en busca de suministros y atención médica. Los que tenían las armas carecían de la habilidad o el entrenamiento para usarlas. Se suponía que los combatientes debían defenderlos contra personas como esta, evitar que llegaran tan lejos.

Se apresuró a dar otro paso adelante y se estremeció cuando una ramita se rompió bajo sus pies. El más pequeño de los gemidos escapó a través de sus labios.

Cuando los soldados enemigos la encontraron en el sótano y la arrastraron a un grupo con los otros nueve niños de su aldea, supo que sus padres ya estaban muertos o muriendo. A medida que los soldados los habían llevado a través del pueblo y hacia el bosque, ella había mirado fijamente el suelo, con lágrimas corriendo por sus mejillas, sin querer mirar la sangre, los cuerpos, que cubrían su ciudad natal. Personas que ella había visto todos los días de su vida.

Sus ojos escudriñaron el suelo del bosque, pero no tenía idea de qué buscar. ¿Monticulos de tierra? ¿Filamentos? ¿Un parche denso de agujas secas y marrones? Dio otro paso adelante, esperó el desastre. Cuando no llegó, ella dio un paso adelante otra vez, se detuvo.

Hace poco tiempo, ella había visto desde la distancia cuando Kovan, el gordo niño mayor que alguna vez se había burlado de ella, dio un paso adelante y su pierna cayó en un agujero. Gritó, y cuando Hana y el resto de los niños se apresuraron a intentar sacarlo, solo aumentaron el volumen de sus gritos y la ferocidad de sus sacudidas. Mientras los soldados turcos observaban en silencio detrás de ellos, Hana y los demás usaron sus manos para excavar la tierra dura y rocosa, revelando las estacas de madera que estaban alojadas a los lados del agujero. Cada una estaba enterrada en la tierra, de manera que apuntaban hacia abajo en un ángulo, con algunas en la parte inferior para perforar su pie. La flexible madera se había doblado lo suficiente como para permitir que la pierna cayera profundamente en el agujero, pero los intentos de levantar Kovan solo habían tirado de su pierna y pie hacia las puntas de madera que le esperaban.

Ella sabía que era una de las trampas que habían colocado los cazadores de su aldea o los guerrilleros que defendían su aldea. Estaban por todas partes, asentadas en todo el bosque, alrededor de su aldea, cerca de carreteras y otros lugares importantes. Ella había escuchado a uno de los guerrilleros describiendo esta misma trampa a su padre. Le habían dicho una y otra vez que no debía jugar en el bosque por esta razón, que, si tenía que viajar al bosque por alguna razón, necesitaba un adulto que la guiara. La realidad completa no se había registrado hasta que vio lo que le había sucedido a Kovan.

Habían tratado durante mucho tiempo de liberar la pierna del niño, sabiendo que, al descubrir más y más de su pierna perforada, viendo las lesiones y la cantidad de sangre, que no iba a poder caminar muy lejos. Sabían que era inútil, pero Kovan era alguien con quien habían ido a la escuela. Alguien a quien habían visto todos los días.

Un soldado había puesto fin a sus esfuerzos con una bala en la cabeza de Kovan, haciendo que Kovan fuera el segundo de los niños en morir.

Hana fue elegida para ir a continuación. Para probar el camino.

Aferró a la parte delantera de su vestido, amontonando la tela en manos que aún estaban cubiertas de tierra y rasguños de sus esfuerzos por liberar a Kovan. Un pie delante del otro. Cada uno de sus sentidos estaba al límite. Ella era muy consciente del roce de la suciedad bajo los pies, el roce de las agujas de pino contra la tela de su vestido. Podía sentir el calor del sol calentando su piel cuando entró en un lugar donde la luz se filtraba a través de los pinos.

Ella parpadeó para aclarar sus ojos de lágrimas. Tan estúpido. Ella necesitaba poder ver. Cualquier pista. Cualquiera en absoluto, para ver una trampa. Llorar era lo peor que podía hacer.

Un pie en frente del otro.

Ella paró. Sus pies se negaron a ir más lejos. Temblando, miró a su alrededor.

Si daba un paso más, ella sabía que iba a morir.

No había razones para ello, ni razón ni pista. Este parche de bosque no era diferente del resto. Una cama de agujas de color marrón rojizo bajo sus pies, arbustos y árboles presionando a su alrededor.

Pero ella lo sabía. Si daba un paso adelante, a su derecha o izquierda, estaría entrando en una trampa. Un agujero como el que atrapó a Kovan, o quizás un artefacto explosivo, como el que tomó a Ashti. Al menos ella se había ido rápidamente.

El soldado que la estaba observando gritó desde la distancia detrás, el siempre familiar <¡Camina!> Que era una amenaza y una orden al mismo tiempo.

Enferma de miedo, Hana miró a su alrededor, buscando algo que pudiera decirle dónde ir, cómo moverse.

En ese momento, supo que no iba a morir de inmediato. No podía caminar más, era físicamente imposible, como si sus pies estuvieran tan enraizados en el suelo como los árboles. La harían mirar mientras torturaban a uno de los otros niños hasta la muerte. Luego comenzarían con la siguiente, tal vez con la propia Hana, hasta que tuvieran otro niño dispuesto a actuar como señuelo y despejar las trampas de la manera más simple y peligrosa posible.

<¡Cam-

Ella vio algo vasto.

No era grande en el sentido que los árboles o incluso las montañas eran grandes. Era grande en una forma que trascendía lo que ella podía ver o sentir. Era como ver algo más grande que todo el planeta entero, excepto más, esta cosa que era ya demasiado grande para comprenderla, se extendió. No tenía una palabra mejor para describir lo que estaba percibiendo. Era como si hubiera imágenes de espejo, pero cada imagen existía en el mismo lugar, algunas se movían de manera diferente y, a veces, muy rara vez, una imagen entraba en contacto con algo que las otras no. Cada una de las imágenes era tan real y concreta como las demás. Y esto lo hizo grande de una manera que no podría describir así fuera una académica o filósofa de cien años con acceso a las mejores bibliotecas del mundo.

Y estaba vivo. Una cosa viva.

Sabía que sin tener que pensar en ello, cada uno de esos ecos o extensiones de la entidad era tan parte de un todo conectado como su mano o nariz para ella. Cada una era algo que esta entidad viviente conocía, controlaba y movía con intención y propósito. Como si existiera y se extendiera a todos esos seres a la vez.

Se está muriendo, pensó. Las extensiones más externas de la criatura se desprendían y se rompían en fragmentos mientras se deslizaba por un vacío sin aire, no se movía, sino que se ajustaba sinuosamente a través de las existencias que contenían los ecos, se encogía aquí y se hinchaba allá, moviéndose a una velocidad que superaba la luz. En su estela, escamas y fragmentos se desprendían de la entidad como semillas de una karahindiba, o diente de león, imposiblemente grande en un viento constante. Semillas más numerosas que todas las partículas de tierra en toda la Tierra.

Uno de esos fragmentos pareció crecer, haciéndose más grande, más extenso, asomándose en su conciencia hasta que fue todo lo que pudo percibir, como si la luna estuviera cayendo, chocando con la tierra. Cayendo directamente encima de ella.

-ina!> el soldado terminó sin perder el ritmo.

Hana se movió, todavía estaba en el bosque, las manos ardían con los rasguños, los pies doloridos por el caminar. Su corazón latía con fuerza y ​​podía sentir el miedo como bilis en su boca.

La memoria ya se estaba desvaneciendo. ¿Acaso había ocurrido? Por más que intentara retenerla con todas sus fuerzas, se le estaba escapando. Era como un sueño que se le escapó cuando se despertó, pero tan resbaladizo que incluso la idea de que había soñado en primer lugar se estaba retirando rápidamente de su mente.

El soldado gritó algo demasiado complejo para que ella lo entendiera, dirigido a sus compañeros. Hana dejó que los restos de la memoria se escaparan de su atención. Esto, aquí, era la prioridad. O bien ella caminaba hacia adelante, y ella moriría, o ella se quedaba de pie y observaría a los otros morir por su cobardía. Con solo el vestigio de una idea de que algo había sucedido, ella había salido de su parálisis de una sacudida. Tal vez ella podría dar un paso adelante.

Ella levantó su pie-

Y se detuvo. Algo se interponía en su camino. Un borrón flotaba en el aire al nivel del pecho, crepitante, cambiando con una ferocidad maníaca. Dejó caer el pie hacia donde había estado hacía un momento y contempló el brillo caleidoscópico de negro y verde.

Ella lo tocó, y sintió un peso asentarse en su palma. Su mano automáticamente se cerró alrededor de ella, sintiendo el calor su. Se sentía casi como cuando acariciaba a un perro amistoso. Un pensamiento extraño, dado lo que se encontraba mirando.

Un arma, de acero gris pulido. De alguna manera familiar. Idéntica a las armas más pequeñas que había visto cargar a los guerrilleros.

No puedo usar esto. El pensamiento era frío en su mente. Si uso esto, matarán a los demás en el segundo que dispare.

El arma brilló, se convirtió en ese borrón de verde y negro, luego se acomodó en una nueva forma. Ella también había visto esto. Uno de los combatientes había estado hablando con Hana, mostrándole su revista de armas inglesas, en un esfuerzo por obtener buenas gracias con su hermana mayor. Esto era similar al arma que acababa de tener en su mano, pero había un tubo de metal en el frente, casi doblando la longitud del arma. Sabía que el tubo hacía que las armas fueran más silenciosas.

El resto de los niños y los otros soldados estaban muy atrás. Todavía era casi imposible, pero…

<¡Camina!> Gritó el soldado detrás de ella. <Camina o->

Ella se dio la vuelta, sosteniendo el arma con ambas manos. Tomó un segundo para estabilizar su puntería, y la sorpresa del soldado turco le dio el tiempo suficiente para apretar el gatillo.

Los ojos de Hannah se abrieron de golpe.

Por eso no duermo.

Todavía estaba usando su traje, notó, mientras se levantaba de su cama y caminaba hacia el baño. Al menos ella había tenido la sensatez de quitarse la bufanda para no estrangularse mientras descansaba.

Ella era la única que recordaba. Todos los demás olvidaron ese ser increíblemente enorme, si es que siquiera fueron agraciados con un vistazo. Ella no podía estar segura. Si alguien más lo viera, inevitablemente lo olvidarían antes de poder reunir sus pensamientos lo suficiente como para hablar de ello. Como se suponía que debía haberlo hecho ella.

Pero ella lo recordaba. Tocó el cuchillo de combate que estaba enfundado en su cadera, como para recordarse a sí misma que estaba allí. Albergaba sus sospechas acerca de su regalo: sus poderes habían tomado parte de su psique y le habían dado una forma concreta. Las partes más enojadas de ella, las partes más infantiles, las partes de ella que soñaban y las que olvidó. El cuchillo en su cadera dormía por ella y soñaba por ella, se imaginaba. Había pasado casi un año sin tener que detenerse y descansar la cabeza sobre una almohada.

Cuando cerró los ojos y se dejó llevar, fue porque sintió que era algo que debía hacer, no porque tenía que hacerlo. Incluso entonces, ella nunca soñaba. En cambio, ella recordaba, su mente repetía eventos pasados ​​con perfecto detalle. Y por algún azar del destino, esto significaba que recordaba a la entidad, y recordaba haberla olvidado, por paradójico que fuera.

Y ella nunca se lo diría a nadie.

Ella había matado a los soldados que mantenían como rehenes a los otros niños de su aldea. Después del primero, ella había fingido miedo, fingió que los guerrilleros estaban en el bosque. Luego esperó el momento en que estuvieron demasiado ocupados observando el bosque y acribillo al resto de los hombres con un rifle de asalto. Ni siquiera se sintió mal por ello, ni perdió mucho sueño porque uno de los niños, Behar, había recibido un disparo en la escaramuza.

Ella lamentó las muertes, no hacía falta decirlo, pero no se sentía culpable por ellas. De los diez, siete habían regresado, gracias a ella y su regalo. Habían regresado a su aldea, habían retirado los cadáveres e hicieron lo que pudieron para conservar su comida hasta que los guerrilleros regresaron una vez más.

Hana había hecho a los demás jurar una promesa de no hablar de su regalo. Ella sabía que los guerrilleros la reclutarían, la usarían, si lo supieran. Sea lo que fuera el poder que había recibido, ella no sentía que fuera para eso.

Cuando los combatientes habían regresado, vieron el estado de los niños y eligieron evacuarlos. Los combatientes los llevaron a una ciudad, y un hombre se encargó de que Hana y los demás fueran enviados al Reino Unido, donde iban muchos otros refugiados. Se dividieron y los demás fueron enviados uno por uno a hogares para huérfanos y otros niños con problemas. El turno de Hana llegó tarde, casi al final, y la llevaron a volar en otro avión a su nuevo hogar. Fue allí donde se encontró con dificultades. Se había movido a través del arco (lo que más tarde aprendería era un detector de metales) y sonó una alarma. Los guardias habían encontrado el arma que no podía abandonar o dejar atrás, y Hana fue llevada a otro lugar. Fue interrogada, le hicieron muchas preguntas. La llevaron al baño, le dieron un cacheo en su reingreso a la sala de interrogación y encontraron la misma arma que se habían llevado hace apenas una hora.

Todo lo demás había sucedido muy rápido, después de eso. Era un estadounidense en un uniforme militar que la rescató. La llevó a América, se encargó de que la pusieran con una familia allí. Cuando se establecieron los primeros tres equipos de Custodios, fue enlistada. Apenas sabía cien palabras de inglés, sus números y el alfabeto, cuando salió por primera vez disfrazada.

Hannah se inclinó sobre el fregadero y se lavó la cara. Encontró un cepillo de dientes y se limpió los dientes, luego usó el hilo dental y luego se raspó la lengua. Demasiado fácil olvidar esas cosas, sin el ritmo del sueño para romper la continuidad de los días. Es mejor hacer estas cosas con demasiada frecuencia, que olvidar. Ella hizo gárgaras con enjuague bucal, luego mostró sus dientes para ver el trabajo del dentista, donde él los había cubierto. Dientes que estaban perfectamente formados, blancos. No eran realmente suyos.

Su arma encontró su camino a su mano en algún momento después de que ella bajara el enjuague bucal, una pistola no diferente a la primera forma que había tomado para ella. La giró alrededor de su dedo por el gatillo del protector unas cuantas veces antes de enfundarla cuando salía del baño. Se acercó a la ventana y miró a la ciudad cruzando el agua. Los colores cambiados sutilmente en la luz refractada del campo de fuerza del CGP, sobresaturando la vista como un televisor con una configuración de imagen incorrecta.

Incluso cuando ella nunca soñaba, América todavía tenía una calidad surrealista y de ensueño. Era tan lejos de donde había venido, tan diferente. No había guerra aquí, en realidad no, y, sin embargo, la gente aquí lograba encontrar muchas razones para quejarse. Hombres en trajes, problemas en el amor, atención médica y no tener el último teléfono con pantalla táctil. Tales quejas a menudo conllevaban más emoción y fervor que cualquiera en su aldea había usado para lamentar la muerte de sus seres queridos o la erradicación metódica de su gente. Cuando escuchaba las quejas de sus amigos y compañeros de trabajo, simplemente asentía y daba las palabras necesarias de simpatía.

Las luces brillantes y las conveniencias y la falta de carencias, los televisores, los autos deportivos, los dientes arreglados y el chocolate, y la lista continuaba… Le había llevado la mejor parte de una década incluso comenzar a acostumbrarse, y todo se movía tan rápido que cada vez que pensó que lo estaba entendiendo, había algo nuevo, algo que se suponía que debía saber o entender.

Ella había aceptado sin quejarse cuando sus padres adoptivos le dijeron que comenzara a escribir su nombre como el más estadounidense ‘Hannah’. Ella aceptó y firmó los papeles cuando tomaron el apellido que sus padres le habían dado y lo reemplazaron con el suyo. Pequeñas cosas, tan pequeñas, comparadas con lo que ella había visto y hecho. No ameritaba quejarse. Todos la elogiaron por su dedicación a la escuela y su entrenamiento. Ella nunca se rindió, nunca renunció. ¿Por qué debería? Esto no era nada comparado con las horas que pasó en ese bosque.

Tan difícil de creer que los acontecimientos de su sueño habían ocurrido hace tan solo veintiséis años.

Nunca se sintió del todo real. Más de una vez, se había dejado creer que había muerto, que había dado ese paso adelante y nunca había salido del bosque. Había cometido errores cuando se dejó pensar de esa manera, se había puesto en demasiado peligro, en sus primeros años como héroe. Ahora, cuando se encontraba deslizándose en esa mentalidad, a menudo trataba de dormir. Sus recuerdos mientras dormía eran perfectos, sin manchas, casi más reales que la vida real, por lo que nunca lo hacía con demasiada frecuencia. Irónico, dado lo necesario que era a menudo, para mantenerla enraizada en la realidad.

Ella había llegado a amar a este país. En verdad amarlo, por lo que representaba. Había tenido que luchar para llevar la bandera como parte de su traje. América no era perfecta, pero nada tocado por manos humanas podría serlo. Había avaricia, corrupción, egoísmo, mezquindad, odio. Pero también había cosas buenas. Libertades, ideas, elecciones, esperanza y la posibilidad de que cualquier persona pueda ser cualquier cosa, si estuviera dispuesta a luchar por ello. Cuando aceptó su nuevo país, se permitió hacer amigos, novios, acercarse a sus padres y a su iglesia. Cuando comenzó la universidad, su acento casi había desaparecido, y sabía lo suficiente como para al menos pretender saber de qué hablaban los demás cuando hablaban de cultura popular, música y televisión.

La gente juzgaba, ella lo sabía, y por eso nunca hablaría de lo que había visto en ese momento en el que recibió su regalo.

Incluso entre otros fieles, se encontraría con sospecha y desprecio, si dijera que había visto a Dios, o uno de sus ángeles guerreros, por más que existieran más allá del alcance de la comprensión humana. Que Él le había dado esta habilidad para que ella pudiera salvarse. Otros ofrecerían diferentes interpretaciones, argumentan que Él también había dado tales regalos a las personas malas, que apuntarían a la ciencia de esto. Tal vez una pequeña parte de ella sospechaba que estos hipotéticos individuos tenían razón. Aun así, prefería su fe a la incertidumbre. ¿La idea de que esta cosa que ella había visto era algo más que una entidad benigna que vigilaba a la humanidad, que podría ser maligna, o incluso peor, que existía sin una concepción del efecto que tenía en la humanidad? ¿Un elefante entre insectos? No era un pensamiento placentero.

Ella echó un vistazo al reloj; 6:30 de la mañana. Se colocó la bufanda con los colores de la bandera de forma suelta alrededor del cuello y la boca, luego abandonó su habitación. La energía se convirtió en un rifle de asalto que colgaba a su lado, rebotando con un golpeteo reconfortante contra su cadera mientras caminaba. Subió un tramo de escaleras y bajó hasta el final de un pasillo. N5UndbR

Escuchó una voz masculina, una femenina. Se detuvo en la puerta abierta y llamó.

“¿Sí?”, indagó Armsmaster.

“¿Interrumpo?”

“No. Entra,” respondió él.

Ella entró en la habitación. Era algo entre un taller y una oficina. Dos trajes de repuesto estaban a un lado de la habitación, cada uno con pequeñas diferencias funcionales. Un conjunto de Alabardas estaba colocado en un estante detrás del escritorio de Armsmaster, una rota en pedazos. Uno de los espacios en el estante estaba vacío: Armsmaster tenía la alabarda delante de él.

“¿Trabajaste demasiado y olvidaste volver a dormir, Colin?”, Preguntó Hannah, aunque la respuesta era obvia.

Frunció el ceño, se acercó a su computadora y apretó un botón. Vio la hora, murmuró: “Maldita sea.”

“Buenos días, Miss Militia”, una voz de mujer vino de la computadora.

Hannah parpadeó sorprendida, “Dragon. Lo siento, no me di cuenta de que estabas allí. Buenos días.”

“Te has levantado temprano”, comentó Dragon. “Y saliste tarde, por lo que estoy viendo en la web. ¿Problemas para dormir?”

“No duermo”, confesó Hannah. “No realmente, desde que tengo mis poderes.”

“¿Oh? Yo tampoco.”

Colin se echó hacia atrás y se frotó los ojos con el reverso de las manos. “Daría mi pie izquierdo por ese pequeño beneficio.”

Hannah asintió. ¿Había otros como ella? Le preguntó a la pantalla de la computadora, “¿Te acuerdas?”

“¿Lo siento? No entiendo”, respondió Dragón.

“No importa.” Si Dragon lo recordara, Hannah sabía que la respuesta a esa pregunta hubiera sido diferente. Dragon era demasiado inteligente como para perderse la conexión.

“Estábamos hablando de trabajo”, habló Colin. Señaló a la Alabarda que tenía delante de él. “Holgazanear[1] a través de cosas de Pensador. Creo que el proyecto de esta noche fue un éxito.”

“¿Oh?”

Armsmaster se puso de pie, agarrando la Alabarda con una mano. Presionó un botón en el mango, y la hoja se volvió borrosa. Sin siquiera mover el arma, dejó caer el extremo superior más pesado contra un maniquí de acero inoxidable vacío que podría haber tenido un traje de repuesto de su armadura. Floreció polvo donde la hoja tocó el maniquí, y pasó sin resistencia. Piezas del maniquí cayeron al suelo.

“Impresionante”, le dijo ella.

Presionó un botón, y el borrón alrededor de la hoja se disipó en un humo de color acero, dejando solo la parte superior normal del arma.

“Los únicos problemas son que es vulnerable a campos de fuerza, fuego y otras energías intensas, y el aparato ocupa demasiado espacio en el extremo superior. Incluso con mi poder, es probable que tendría que prescindir de parte del equipo al que me he acostumbrado.”

“Confío en que lo resolverás”, le dijo Hannah. Luego, con burla de severidad, se puso las manos en las caderas, “Ahora, no me distraiga más. ¿Con qué están holgazaneando?”

Colin pasó una de sus manos sobre su corto cabello castaño recortado, suspiró. “Claro. Tú tienes tanta voz en esto como yo.”

Volvió a su escritorio y se dejó caer en su asiento. Pateó un destornillador y un par de alicates de la esquina de la mesa para poner los pies en alto, un tobillo cruzado sobre el otro. Llegando en la dirección opuesta, tomó una pila de carpetas y las dejó caer sobre el escritorio.

“Piggot ha decidido tomar acción como reflejo de los acontecimientos recientes. Tanto los Custodios como el Protectorado están siendo reestructurados.”

Hannah se estremeció, “¿Qué tan malo es?”

Encogiéndose de hombros, Colin le dijo: “En lo que respecta a los Custodios, estamos perdiendo a Aegis. Piggot y el ERP quieren ver cómo lo hace al frente de un equipo diferente, y los padres del muchacho aceptaron. Se quedará en los Custodios un poco más, para sugerir que es más joven de lo que es.”

“Es una pena. ¿A quién conseguimos?”

“Es un intercambio. Será Weld del equipo de Boston.”

“No lo conozco”, admitió Hannah.

“Es un buen chico con un buen historial”, agregó Dragon desde la computadora, “Biología ferrosa, absorbe metales a través de su piel. Fuerte, duro, buenas calificaciones en todos los ámbitos, altas calificaciones en las simulaciones de tácticas. Agradable, y un escaneo de la web muestra que los comentarios de él son más altos que el promedio, lo que es impresionante, considerando que es uno de los Casos 53.”

“¿Tiene el tatuaje?” Preguntó Hannah.

“La marca está marcada en su talón, no tatuada, pero sí.”

Hannah asintió. “¿Qué más?”

Colin frunció el ceño: “Se supone que debemos elegir a otros dos de nuestro equipo de Custodios para transferirlos a uno de los otros equipos principales, que están cerca. Me decidí por Kid Win, estoy atascado en los demás.”

“¿Browbeat?”

“Demasiado nuevo. Podría ser capaz de convencer a Piggot, pero mi sospecha es que ella pensará que se ve mal, renunciar a nuestro novato.”

“Hm. Gallant no podrá irse a Boston. Demasiados problemas logísticos”, Hannah miró la computadora. Ella no podía decir más.

“Puedes hablar libremente”, dijo Colin, “Dragon ha leído el registro en cuestión o lo está leyendo mientras hablamos.”

“Gallant tiene responsabilidades locales, y se espera que comience a ayudar con la empresa comercial local de su padre”, habló Dragon, dándole la razón a las palabras de Colin. “Miss Militia tiene razón, es un profesional local. Y su novia está aquí.”

Hannah asintió con la cabeza, “Sería doloroso perder a Vista o Clockblocker. Son nuestras armas pesadas, y son héroes locales después del papel que jugaron en el susto de bomba. ¿Shadow Stalker?”

Colin negó con la cabeza: “Habría más problemas en entregar a alguien como Shadow Stalker a otro equipo que si fuera un novato como Browbeat. Problemas de disciplina.”

“¿Todavía?” Preguntó ella. Armsmaster asintió.

Hannah frunció el ceño, “Está bien. Esto es lo tienes que hacer entonces. Proponer a Shadow Stalker y Kid Win. Si Piggot rechaza a Shadow Stalker, y debes argumentar que Shadow Stalker podría necesitar un cambio de escenario, Piggot tendrá más dificultades para rechazar Browbeat justo después.”

Colin se frotó la barbilla, donde su barba trazaba los bordes de su mandíbula, y asintió.

“Si ella no acepta entregar a ninguno de los dos, y realmente tienes que jugar duro con esto, puedes ofrecerte Clockblocker. Se gradúa este verano, de todos modos, y diría que tiene suficientes amigos y contactos aquí que podría solicitar volver a Brockton Bay para unirse a nuestro Protectorado cuando cumpla dieciocho años. El mejor escenario para nosotros, y no es como si Boston o Nueva York necesiten más capas.”

Colin suspiró: “Eres mejor en esto de lo que yo nunca fui.”

Hannah no estaba segura de cómo responder. Colin tenía sus puntos fuertes, pero tenía razón.

Continuó, “Felicidade””. Cogió la segunda carpeta y se la ofreció.

“¿Qué?” Ella lo tomó, lo abrió.

“También hay un cambio en nuestro equipo, según Piggot y el resto de la supervisión. Has sido promovida. Dentro de las próximas dos semanas, este edificio y este equipo se transferirán a su comando.”

Se quedó allí, hojeando la carpeta de papeles, aturdida. “¿A dónde vas?”

“Chicago.”

Hannah rompió en una sonrisa, “¡Chicago! ¡Eso es fantástico! ¡Una ciudad más grande, un equipo más grande! ¿A dónde se está moviendo Myrddin?”

“Se queda en Chicago.”

Hannah negó con la cabeza, “Pero…” se detuvo.

La mirada dura en la cara de Colin ya era suficiente.

“Lo siento mucho”, dijo ella.

“Es la política”, dijo Colin, inclinándose hacia atrás, “Soy bueno en esto. Mejor que la mayoría, si no te importa jactarme. Todo lo que traigo a la mesa, me rompí el culo para lograr. Pero cuando se trata de dar la mano, manejar personas, navegar por la burocracia… No soy bueno en eso, nunca lo seré. Debido a eso, me están degradando, y probablemente pueda despedirme de alguna vez estar a cargo de otro equipo.”

“Lo siento. Sé lo mucho que querías-”

“Está bien”, dijo, pero estaba claro en la brusquedad y dureza de su tono que no lo estaba. Se dio la vuelta y tocó su teclado. En la oscuridad de la habitación, su rostro reflejó brevemente la luz azul de la pantalla. Su frente se frunció.

“Dragon. Ese programa que me diste, prediciendo los patrones de amenazas de clase S, ¿lo recuerdas? Hice algunas modificaciones, para ver si podía captar algo destacado, estoy ejecutando una docena de ellos al mismo tiempo. Uno, que llamé HS203. Quiero que mires directamente a esto. Lo he puesto detrás de una seguridad bastante pesada, pero si esperas un segundo, y-”

“Ya lo estoy mirando,” interrumpió Dragon. “Veo lo que hiciste. Vinculando mis datos a los cambios atmosféricos. Creo que lo veo.”

Hannah caminó alrededor del escritorio y se inclinó sobre el hombro de Colin para ver la pantalla. Un mapa de la costa este estaba superpuesto con una nube de colores del arco iris. “Esto no significa nada para mí.”

“Nada es realmente aleatorio”, explicó Colin, con voz tensa, “Cualquier dato muestra un patrón eventualmente, si profundizas lo suficiente. Dragon comenzó a trabajar en un sistema de alerta temprana para los Endbringers, para ver si no podemos anticipar dónde atacarán a continuación, prepararse hasta cierto punto. Sabemos que hay algunas reglas que siguen, aunque no sabemos por qué. Vienen de uno en uno, con meses de diferencia, y rara vez golpean la misma área dos veces en un corto espacio de tiempo. Sabemos que se sienten atraídos por las áreas donde perciben la vulnerabilidad, donde creen que pueden causar el mayor daño. Los reactores nucleares, la Pajarera, lugares recientemente afectados por desastres naturales…”

Hizo clic con el ratón y la imagen se acercó a una sección de la costa.

“…O conflictos en curso,” Hannah terminó por él, sus ojos se ensancharon. “¿El ABB, el Imperio Ochenta y ocho? ¿Los combates aquí? ¿Viene aquí ? ¿Ahora?”

Colin no tuvo una respuesta para ella. “¿Dragon? Brockton Bay está dentro de la zona predicha, y la ciudad está en la lista de ubicaciones que tienen una calificación suficientemente alta en la escala de sensibilidad o negativa de los medios. Agrega mis datos, las correlaciones entre los microcambios bruscos de temperatura, presión del aire y-”

“Los datos son buenos.” La voz de Dragon, sintetizada para enmascarar los detalles más reveladores de su identidad, no tenía ningún rastro de duda.

“¿Lo suficientemente buenos como para pedir ayuda?”

“Suficientemente buenos.”

Colin se movió rápidamente, girando en su silla para alcanzar una pequeña consola. Abrió un panel de vidrio y accionó un interruptor. Las sirenas antiaéreas comenzaron inmediatamente su ominoso gemido.

“Dragon, me pondré en contacto con Piggot y los equipos del Protectorado. Tu consigue a todos los demás que importan. Tú sabes quién es el más necesitado.”

“Ya estoy en ello.”

Se volvió hacia Hannah y sus ojos se encontraron brevemente. Mucho se comunicó entre ellos en ese momento, y ella no estaba segura de que le gustara lo que veía en sus ojos.

¿Un rayo de esperanza?

“Miss Militia. Recluta a los locales. Y necesitamos un lugar para reunirnos.”

Ella tragó sus preocupaciones. “¡Sí señor!”

https://vignette.wikia.nocookie.net/parahumans/images/0/0b/Miss_Militia.jpg/revision/latest?cb=20160319053431

[1] La palabra usada acá es ‘procrastinate’, significa hacer algo mas en lugar de lo que deberías estar haciendo, puede ser perder el tiempo con tonterías o hacer otras cosas que no deberían tener tanta prioridad. En este caso trabajar en un nuevo proyecto de Pensador en lugar de lidiar con el tema de burocracia y politica.

A todos los que venian leyendo Worm y los dejé esperando por tanto tiempo les pido disculpas por la demora, no puedo prometer una fecha para el siguiente capitulo, pero voy a intentar tenerlo cuanto antes. El siguiente arco es considerado por muchos como el mejor de toda la serie y sería una pena que no llegaran por lo menos a leer hasta ahí.